Esta novela, a pesar de ser muy corta, nos muestra de una manera muy fluida las ironías en la vida de un adolescente en busca de un objetivo en la vida. Este libro fue publicado en 1964, cuando el autor, José Agustín, apenas llegaba a las 20 años de edad, la cuál fue bien aceptada por el público y le abrió camino en la literatura.
En la literatura mexicana de los años sesenta se abre a un nuevo espacio, en donde los jóvenes y su lenguaje son el tema central. La tumba es lectura obligada para entender a la Literatura de la Onda, corriente surgida a mediados de los años sesenta, que retrata gran parte de los modos de vida, inquietudes y propósitos de los jóvenes de esos tiempos, que sin embargo no han tenido un gran cambio ante esta nueva sociedad.
En este caso, la tumba muestra el mundo de Gabriel Guía desde primera persona, conociendo sus pensamientos, que a sus diecisiete años de edad, tiene automóvil y bebe whisky como desenfrenado y se liga a cuanta muchacha se atraviesa en su camino (incluida una tía, hermana menor de su padre) mientras se burla de sus maestros de su preparatoria, de sus compañeros, de su familia y de él mismo, y mientras tanto atestigua cómo el matrimonio de sus progenitores se desbarata irremediablemente.
A pesar de su vida llena de sexo y literatura, siente que todo da vueltas y no encuentra una manera de como salir de este círculo. Gracias a su prima encuentra una pronta salida para olvidarse de sus problemas, pero cuando ella ya no está el siente un vacío, que no tiene una verdadera razón de vivir y un sonido en su mente le va anunciando que es hora de cavar su tumba.
José Agustín Nació en Acapulco,Guerrero en 1944. Es narrador, guionista de cine
(aunque muy pocos guiones han pasado la censura), periodista, traductor, dramaturgo y crítico de rock. Ha sido conductor y productor de programas culturales de radio y televisión; y coordinador de diversos talleres literarios. Ganó el Premio Latinoamericano de Narrativa Colima/Instituto Nacional de Bellas Artes 1993 para obra publicada, por Ciudades desiertas, además recibió el Premio Nacional de Literatura Juan Ruiz de Alarcón, por su trayectoria literaria y su aporte a las letras mexicanas, en las VI Jornadas Alarconianas en Taxco, Guerrero, 1993.
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